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hibiscus

Sin título aparente

Hace unos días leí la noticia de un hombre que descubrió la risa del sueño. Es cierto que me resultó absurdo de primera lectura. No logré imaginar a un adulto esbozando una sonrisa mientras los ojos se le cerraban para toda una noche. Me dije entonces que sería mucha la felicidad de las horas quietas y oscuras para que esto sucediese, y me di cuenta que a veces sólo hace falta estar entre los brazos adecuados para sonreír de deseos y para entregarse a la muerte del amor dormido. Esta noticia la protagonizó un hombre sin pelos en el pecho, que toma las riendas de la vida con afán, que grita en las mañanas de desvelo y que ama el amor en los ojos más limpios que existen... Quizás por eso se duerme entre risas y abrazos.

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