Blogia
hibiscus

Ramifícome

Siento mis manos crecer. Me detengo en plena calle y recobro el aliento. Tengo reunidos en mi pecho los miedos de la no vida, del padecer, del cuerpo roto, de la noche en vela. Dejo el amor en las mejores manos que acarician mi cuerpo. Me vienen recuerdos de infancia a la mente, y un inacabable tren desfila por mis ilusiones. Me siento derramar de ganas y futuros, que despiertan amores salidos de mis ojos. Estoy en plena calle con el amor metido en mi pecho, con su última sonrisa dibujada ante mi mirada, y unas ganas enormes de sonreír. Me volvería tras mis pasos a cobijarme en su abrazo, a meterme en su vientre como si fuese el responsable de la maternidad de mis orgasmos. Toco el cielo que está al alcance de mis manos. Lo toco por la nueva vida, por la próxima lágrima, por el próximo rapa-nui que albergará un montón de ilusiones para todos. Grito las esperanzas y recibo el eco de su voz callada en respuesta de mi amor. Y le pido que alargue también su cuerpo, para que el mío quede para siempre lleno de nuestra vida. Me ramifico en colapsos de añoranza, en furtivos anhelos, en manos y llanto, en sueños y ternuras. Me crecen en el pecho palabras nuevas, delirios y biberones olvidados. Se me salen del cuerpo los pasos para el nuevo camino, para el camino que recorreremos sin titubear, entre silencios oportunos y juegos de amor, entre coloreadas voces y balbuceos de te quiero.
(Para ti, y para esa nueva vida que nos llega inesperadamente)

1 comentario

hibiscus -

la incertidumbre de lo nuevo por descubrir, del miedo a lo desconocido, del miedo a lo que no controlamos, de la ilusión por esta incertidumbre, por este desconocido. La mirada hacia un futuro llenbo de vida y que tenemos ver entre la niebla, las nubes y el temporal lleno de esperanza vida y amor.
ánimos padre-tio-abuelo!