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hibiscus

Encantamientos

Mírome, sin mayores expectativas,
e intento recordar.
Imágenes desnudas recorren los días,
besos deshuesados y caricias,
ronroneos abrumadores y espasmos,
mordiscos que han cambiado la piedad por el amor.
Suéñome, repleto de ansias,
dejado de la mano de morfeo.
Huellas repartidas durante un amanecer cualquiera,
de esos en que descubrirte me hace feliz,
en los que el simple calor de tu cuerpo
me hace palidecer de deseos.
Siéntome, a un paso de todos los abismos,
y te quiero.
Una brisa diezmada se cuela por el cuello de mi camisa,
recorre mi pecho hasta mis axilas,
me ata,
me susurra al oído tu nombre,
me propone en silencio tu amor,
enmienda mis miedos, intermitentes orgasmos de mi vida.

Entonces... ¿entonces?

Créome un hombre de puños diestros e incorregibles,
de canciones paridas y camino largo,
de cruces de mar y serpientes dormidas,
dócil de pasión y corrupto amante de tu sexo.

(Para ti, que encantas las abejas que escaparon de Whistle Stop)

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